martes, 11 de septiembre de 2007

LA SOMBRA NEGRA DEL MAÑANA

OPINIÓN

El futuro de cualquier nación reside en sus niños, pues son ellos los hombres y mujeres del mañana, son ellos los justos, los piadosos, los trabajadores, los gobernadores, diputados, senadores, lo políticos y demás profesionales sobre cuyos hombros yacerá la responsabilidad de erigir el futuro de la nación, al punto que las mismas sagradas escrituras prometen el reino de los cielos a quienes son como ellos, Mateo 10:14, Marcos 10:13 y Lucas 18:15.
Es esa la razón por la cual las guerras no se comienzan sin hacer mella en la siguiente generación, nadie va a la guerra sin comenzar la campaña psicológica con la generación precedente, pero eso era la descripción de las guerras del pasado, las de hoy son altamente tecnológicas e incluso direccionadas por medio de técnicas blandas, es eso lo que hace tan nefasto la política expansionista de izquierda, no hace un lustro que con horror escuchábamos los temibles métodos de adoctrinamiento usados en las escuelas de los campos petroleros, donde una maestra en la proximidad de la época navideña, pedía a los niños cerrar sus ojos y pedir al niño Jesús un caramelo, al abrir los ojos allí no había nada, luego les indicaban cerrar de nuevo sus ojos y pedir al presidente el caramelo, el gran problema es que al abrir los ojos allí estaba el caramelo.
No son más que criminales tan culpables, como quienes ajusticiaron a tantos inocentes en los campos de concentración nazis y los que a nombre del marxismo-leninismo sacrificaron 100 Millones de seres desde la publicación del manifiesto comunista a lo largo y ancho del mundo, sembrando hambre, mísera, desolación y pobreza en cuanto país han tocado.
En fecha reciente pude ver como se acerca el régimen al siguiente nivel de adoctrinamiento, el más invasivo y lesivo para el espíritu de una nación, aquel en el cual se toma a los niños de preescolar y se les transforma en autómatas que viven para servir a los agentes del régimen, en esclavos que cantan loas que ni siquiera pueden entender, víctimas inocentes, sacrificadas por el ansia de dinero fácil de sus padres y la entrega de los educadores que se supone son los responsable de formarlos.
Nunca la izquierda ha podido doblegar una nación, ni siquiera sitiándolo y carcomiendo desde dentro con sus tropas de invasión o explotando sus recursos naturales para llenar las arcas de los países que amparan y viven del terrorismo de estado, como cuando logran hacer de los niños sus agentes, pues no es contra mercenarios caribeños con quienes nos vamos a enfrentar para defender la democracia, esa pelea se da hoy en día en el seno de cada casa, en cada calle, en cada plaza y en cada apartado rincón de nuestra geografía.
Aún nos negamos a darnos cuenta que es mediante el sistema educativo que nos están doblegando, que cada educador que es desincorporado del sistema representa cientos de bayonetas que se pone en manos de nuestros sobrinos, hijos y nietos, por que el régimen busca transformarlos en quienes desde las casas de cada uno de nosotros van a denunciarnos y entregarnos a los carniceros.
Aún no se cumplen 90 años que el pequeño Vladimir era condecorado por denunciar la conducta pro-zarista de sus padres, pero apenas 20 años después su hija menor la pequeña Svetlana recibía una medalla similar a la de su padre, porque ella denunciaba sus comentarios contra las políticas de PCUS, en ambos casos los padres padecieron en los gulags de Siberia hasta morir, otros tantos fueron sacrificados por las jaurías salvajes de militantes enardecidos y cegados porque el régimen había comprado su miseria.
Qué ironía nos ocupemos tanto de los comisarios políticos que están infiltrados con los médicos, entrenadores deportivos y de las tropas, así como de los vuelos negros que entran y salen desde la capital del país caribeño y llegan a nuestro país y nos ocupemos tan poco de lo que ocurre dentro de las paredes de los salones de clase, esto ocurre por carecemos de las herramientas para hacer frente al avasallador paso de la avanzada de la izquierda revolucionaria, ni a su embate ideológico.
El problema es la osadía que da la ignorancia, que le permite a muchos preguntar y que alternativa me ofrece la oposición frente al cambio constitucional, no ven que es una cuestión de vida y muerte, no siente el ruido de los cadalsos que se alzan en cada calle y tampoco ven a los verdugos que se forman en sus propias narices y como dice la gaita “Pobre mi país, que no tiene quien le duela, pobrecita Venezuela no va poder subsistir…”
Ing. Francisco J. González R. Msc
Miembro Dirección Política
Comité Municipal PDC COPEI Cabimas.

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